Pareciera que vivimos en un mundo, donde muy pocos somos conscientes de la importancia de cuidar los recursos naturales y de ser responsables frente a los impactos ambientales que estamos generando sobre el planeta. En los últimos 20 años la Tierra ha perdido 28 billones de toneladas de hielo; según informes del Foro Económico Mundial; los científicos advierten que la velocidad con la que el hielo se derrite podría llevar a que el nivel del mar, suba más de 1 metro para el año 2100; lo cual pareciera un dato menor, pero no lo es, si tenemos en cuenta que por cada centímetro que suban los mares; podría desplazarse en el mundo alrededor de 1.000.000 de personas de sus hogares.
La naturaleza nos ha enviado impactantes mensajes en tiempos de pandemia, y nos recuerda la necesidad de ser responsables con el cuidado y preservación de los recursos naturales y el medio ambiente. Hay una gran oportunidad de romper las tendencias y acelerar el cambio en nuestros hábitos de consumo; hay una gran oportunidad de generar grandes transformaciones en nuestra forma de pensar; siendo disruptivos y cambiando la linealidad en el manejo de los residuos; el esquema tradicional de producción y consumo, que parte de la extracción de los recursos naturales, pasando por la producción; el consumo no responsable y la disposición final de los residuos en un relleno sanitario; debe modificarse, involucrando los principios de la Economía Circular, que nos invita a cambiar la forma de pensar y la visión del residuo, visto como un recurso con potencialidad de generar valor.
Las soluciones, requieren la transformación de nuestros hábitos, esto incluye mejorar la gestión de residuos desde la prevención, el reúso, el reciclaje y la revalorización de los materiales como prioridades para fortalecer la política pública y los incentivos para la constitución de los modelos de negocio y sistemas de producción y consumo que promuevan la eficiencia en el uso de materiales, agua y energía; la capacidad de recuperación de los ecosistemas y el uso circular de los flujos de materiales. A nivel mundial se producen más de 2.100 millones de toneladas de residuos cada año, lo que podría llenar más de 800.000 piscinas olímpicas. En Colombia se producen cerca de 12 millones de toneladas de residuos al año y solo reciclamos el 8.6%; y el 78% de los hogares no recicla o no recicla correctamente.
El Banco Mundial realizó un estudio en 2015 en el que concluyó: «si se continúa con la misma dinámica de generación de residuos, sin adecuadas medidas para mejorar su aprovechamiento o tratamiento, y con patrones de producción y consumo insostenibles, en el año 2030 tendremos emergencias sanitarias en la mayoría de ciudades del país y una alta generación de emisiones de gases de efecto invernadero”.
El Gobierno Nacional debe generar incentivos y apoyar la generación de negocios verdes que contribuyan con el mejoramiento de las tasas de aprovechamiento. En los Municipios se deben desarrollar procesos de educación ambiental, promover la separación en la fuente de los residuos, apoyar el fortalecimiento de las organizaciones de recicladores, incentivar el desarrollo de iniciativas empresariales con alto sentido social y ambiental que contribuyan a que no sigamos enterrando en los rellenos sanitarios residuos y materiales susceptibles de ser aprovechados. Es cuestión de responsabilidad, y como ciudadanos debemos comprometernos a ser responsables con el adecuado uso y preservación de los recursos naturales.
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